PRÉSTAMOS, TANDAS Y AHORROS

Por: David Zamorano
David Zamorano
Emprendedor desde hace años. Amo ayudar a otros a emprender. Estratega en Marketing. Experto en Google Ads. Amante del buen diseño, apasionado de la fotografía.
Otros artículos del autor:

En la educación tradicional no nos enseñan a ahorrar y, a veces, cuando tenemos dinero nos pican las manos por ir a comprar cosas que muchas veces no necesitamos.

Ahorrar es una actividad que se aprende y es muy importante porque te ayudará a tener una concepción diferente de todo, no sólo del dinero, también del ahora, de lo inmediato, de cómo manejas tu ansiedad; ahorrar te enseña a tener más conciencia para planificar las cosas a futuro.

Ahorrar implica modificar lo inmediato, para lograr objetivos a mediano o largo plazo. 

Para ahorrar necesitas tener las necesidades básicas cubiertas.

Hay varias maneras de ahorrar; hay quienes tienen una caja fuerte en casa o una cuenta de ahorros. 

Si eres de las personas a las que les cuesta ahorrar, te recomendamos ver el video de Carlos Muñoz sobre el “Dinero Protector”. En él, Carlos plantea cuán importante es que tengas una cantidad de dinero destinada a cubrir los próximos seis meses de tu vida; otro monto de dinero llamado dinero protector para cualquier emergencia o situación inesperada y otro monto de dinero para invertir o con el cual experimentar. 

La idea del dinero protector es muy interesante porque le da un sentido de utilidad al dinero. Tiene una función específica, concreta, en la cual el dinero se convierte en una herramienta: un dinero para protegerte, para tu tranquilidad, otro dinero para invertir y experimentar sabiendo que si ese experimento no sale como esperabas, no se desequilibra tu economía por completo.

¿Qué has aprendido sobre el dinero?

Te has preguntado: ¿Por qué te cuesta tanto esfuerzo tener dinero ahorrado? ¿Por qué tienes que estar en la raya o pidiendo dinero prestado?

La manera en la que te vinculas con el dinero tiene que ver con tu mentalidad, con cómo ves el mundo. Dependiendo de ello el vínculo será fluido y armonioso, o terrible y limitante. De cualquier modo, la forma en que te vinculas con el dinero se evidencia en la capacidad que tienes de auto administrarte y en si sientes que realmente tienes las riendas de tu economía.

¿Te cuesta tener dinero porque sientes angustia y necesitas gastarlo segundos después de recibirlo?

El tema del dinero es muy profundo, llega muy hondo y está vinculado a tus creencias, a tu educación, personalidad, valores; tiene que ver con tu vínculo con el merecimiento.  

Un ejercicio:

Tómate unos segundos para pensar en las siguientes preguntas. Es posible que en ellas encuentres respuestas al porqué tu economía es como es.

¿Cómo me relaciono con el dinero?, ¿Qué significa para mí?, ¿Es una herramienta o significa algo malo y sucio?, ¿Qué es para mí ahorrar?

¿Qué viste o qué aprendiste que te ha hecho vincularte con el dinero de una forma que te genera problemas y que no está permitiendo que sea una herramienta para tu bienestar?

En cómo te vinculas con el dinero entra un tema cultural y otro personal. En muchas culturas está muy presente la creencia de que si tienes mucho dinero se te suben los humos o te conviertes en alguien arrogante. Y dentro de esa creencia se deja de lado algo clave:

¡Si alguien con dinero es arrogante, eso no tiene que ver con el dinero, tiene que ver con la persona!

A veces, sin darnos cuenta, nos aferramos a esas creencias vinculadas con el dinero y no con la persona en sí misma y su historia, y vamos construyendo una relación tóxica y prejuiciosa con el dinero, que hace difícil nuestro crecimiento económico. 

Claro que también está el otro extremo: pensar que tener dinero es el fin último de la existencia y que no tienes más objetivos que ese.

Buena parte de construir un futuro, es tener una relación sana con el dinero.

Busca un balance en la forma en la que te vinculas con el dinero, porque si no entrarás en círculos viciosos, no sólo con el dinero si no con tus propias creencias, limitaciones y formas de ver el mundo. 

 Hablemos de los “meses sin intereses”

¿Conoces gente que toda su vida compró a meses sin intereses y que, repentinamente, recibió algún fideicomiso o herencia y ahora que tienen un dinero considerable, siguen comprando a meses sin intereses?

La necesidad de comprar cosas a meses sin intereses, no tiene que ver necesariamente con el dinero, es más bien un tema cultural y mental. Tiene que ver con un tema aspiracional.

Comprar a meses sin intereses, te permite comprar cosas que tú crees que no están a tu alcance. Normalmente son cosas a las que no puedes acceder pero quieres y deseas, y en vez de ahorrar para comprarlas, las quieres ya y te endeudas. 

Cuanto tengas ese impulso de comprar objetos que realmente no puedes pagar ahora, detente a pensar:

¿Por qué estoy comprando algo que no corresponde con mi economía en este momento? No quiere decir que nunca lo vayas a tener, quiere decir que en este momento de tu vida no puedes tenerlo. 

Comprar cosas que no puedes pagar, está vinculado a una aspiración, a querer un estatus y al hacerlo, realmente estás adquiriendo una mentira que te hunde más porque te endeudas y, en consecuencia, te estás alejando realmente de lo que estás aspirando. 

Cuídate de las trampas.

La lógica de los meses sin intereses, maneja un importante componente psicológico porque te hace adquirir cosas que quieres ahora y que no puedes pagar, entonces quedas: asombrado, agradecido y endeudado; pagando generalmente más del valor original del producto. 

Si tienes menos, terminas pagando más. Y muchas veces no te das cuenta porque hay toda una estructura armada alrededor del producto para que digas:

¡Mira qué barato, sólo voy a pagar esto!

Es una falsa realización. 

Prestamos

A menos que sea una emergencia concreta en la que no tengas el dinero protector por alguna razón: porque es más de lo que tienes, porque no hayas podido, porque perdiste tu empleo, te recomendamos no pedir un préstamo. 

Cuando pides un préstamo, entras en una dinámica en la cual vas a pagar más de lo que pediste y en la cual, lo más probable es que termines endeudado.

El tema de “La deuda” también es cultural, hay gente que está acostumbrada a vivir endeudada, sin ningún problema, al punto que se sigue endeudando sin haber pagado el primer compromiso que adquirió.

Endeudarte a propósito para hacer crecer tu negocio.

Crecer endeudado es complicado, se arma una bola de nieve que financieramente no es saludable. En esos casos lo más saludable es la flexibilidad;  es importante que aprendas a renunciar momentáneamente a ese estilo de vida cómodo que tenías. Sé flexible, abraza el cambio aunque a veces no te guste, entiende que es temporal y haz ajustes lo más rápido posible. También puedes pedir un préstamo para invertir en algo que te permita pagar la deuda, para que se pague “sola”. En ese caso, lo que ganes debería ser mayor que los intereses. 

Otra cosa importante de los préstamos y de las tandas es que los entiendas y estés consciente de cuánto es el interés, cómo lo vas a pagar, cuánto tiempo tienes para cubrirlo. 

No te metas en algo que no entiendes muy bien, sólo para resolver algo inmediatamente. 

Cuando estés tentado a pedir un préstamo, pregúntate:

¿Para qué es el préstamos que estoy pidiendo?¿Es para una emergencia, es para algo que va a producir y me va a dar más? ¿Es para tener una falsa sensación de estatus?

Tandas

¿Por qué necesitas que alguien más gestione tu economía?

Las tandas son un claro ejemplo de cómo está mezclada la mentalidad, la cultura y el dinero.

En torno a este micro sistema económico de préstamo, se instala una dinámica que genera otras micro dinámicas; las tandas son ahorros que crees no puedes hacer por ti mismo.

Cuantas veces escuchaste la frase: “ No sé ahorrar porque si tengo el dinero en mis manos me lo voy a gastar. No sé tener dinero”. Las tandas generalmente son usadas por personas a las que les cuesta lidiar con la tentación de tener dinero y no gastarlo. 

También son consecuencia de la cultura "Como vaya viniendo, vamos viendo"

La cultura del como vaya viniendo vamos viendo, por un lado nos ha ayudado a tener una flexibilidad y confiar en que las cosas se resuelven, y por otro lado nos hace ser muy desestructurados e improvisados. 

Las tandas son un ejercicio interesante de confianza y de entender que juntos, teniendo un mismo fin, se pueden cubrir necesidades y ayudar a los demás a cumplir con sus objetivos o sueños.

Obsérvate y aprende a destrabar tu vínculo con el dinero. Piensa, cómo puedes crecer y usar el dinero a tu favor sin que nadie te diga qué tienes que hacer.

No vivas trabajando para pagar tus deudas. Toma las riendas de tu economía.

 A ti, ¿cómo te ha ido ahorrando, con las tandas y los prestamos? Cuéntanos en los comentarios

Comentarios

Deja un comentario

Conectarme con

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Necesitas una página web?
Haz click aquí