El camino para lograr una meta

Por: RDM Agencia
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Por alguna razón creemos que lograr una meta es algo simple y lineal, entonces si tropezamos o nos caemos no sabemos qué hacer y nos sentimos frustrados.

¿Cómo es emprender, realmente?

Hemos leído libros, estudiado casos y creemos que emprender es una como una escalera; un escalón a la vez y paso tras paso vas a llegar a tu objetivo.

La idea del progreso en la cual siempre hay que ir hacia adelante, generalmente no da espacio a los errores, imprevistos, cambios de nosotros y del entorno, que realmente son las cosas que ayudan a que un negocio crezca.

Emprender no es como crees -como te hicieron creer-, y es normal que, a veces, eso te genere mucha frustración; porque no salió tan rápido como querías, porque no tienes los resultados que habías imaginando, porque ya no te sientes cómodo con la idea original. Y es justo en ese momento cuando aparecen las frases: 

Ya no me gusta, ¿qué estoy haciendo?, ya perdí todo, ¿estaré haciendo lo correcto?, ¿valdrá la pena?.

Todas estas voces que suenan en tu cabeza, una y otra vez, úsalas a tu favor y piensa que realmente sirven para que te des cuenta de si estas mal direccionando tu negocio, si puedes dar vuelta al camino que habías tomado o para reafirmarte en tu decisión. 

Emprender no es un viaje lineal y vertical hacia el éxito

Como emprendedores, todas las curvas que vamos atravesando y que muchas veces nos hacen creer que estamos estancados o que vamos al fracaso, son las que componen el viaje.

Emprender es un viaje curvilíneo

Hay momentos cruciales donde creerás que no puedes continuar, pero recuerda que estás un poco más cerca de la meta que cuando empezaste, aunque no parezca.

Puede pasarte que si se te viene todo encima, te preguntes: Hice esto para ser mi propio jefe y ser dueño de mi tiempo, ¿por qué no está pasando?.  Lo curioso está en que sí, si está pasando, pero no como te lo imaginaste exactamente. Ser tu propio jefe hace que te comprometas aún más porque eres tú, es tu negocio, tu servicio, tu cara, es tu nombre, este negocio es tuyo. 

Puede ser que no te encuentres con lo que estás esperando, en el tiempo en que lo estás esperando.

Es importante que sepas recuperarte de esos golpes y eso sólo lo puedes hacer recordando por qué empezaste. Por eso es muy importante que el impulso, esa razón por la cual empezaste a emprender, sea lo suficientemente sólida y potente y que te apasione, para que en momentos de crisis, sólo tenga sentido continuar porque te gusta y amas tu emprendimiento.

Si lo que estás haciendo te gusta, tendrás la suficiente energía y motivación para seguir buscando y entender que cualquier crisis es sólo una fase, una parte del viaje.

Si ahora mismo estás en esa circunstancia y te estás preguntando: ¿Qué estoy haciendo? Recuerda que esto va a pasar y se va a resolver. Vas a poder pasar esta instancia y decidir si continuas o no. De cualquier modo, todo es temporal y ésta es una vuelta del camino que te va a enseñar algo y que, aunque parece que te aleja, realmente te acerca a tu objetivo. 

Tu meta deberá estar está bien enraizada porque le va a llover inevitablemente, aunque sea la mejor idea del mundo.

Si no está bien amarrado ese sentimiento profundo que tienes con tu proyecto o emprendimiento, si no estás conectado con eso, es probable que ante la primera crisis, te sientas tan frustrado y sueltes tu proyecto.

Incluso si te encuentras en la cumbre y dices: ¡Ya lo logré!, de repente puede venir un revés que te obligará a aprender algo que tenías que aprender. Eso no quiere decir que tienes que desechar tu idea para siempre, que no sirve para nada, que te equivocaste toda tu vida, quiere decir que la vida te está poniendo a prueba. 

¿Cuánto quieres eso que estás haciendo?

Emprender es un camino muy retador y agridulce, pero es espléndido porque es un viaje de crecimiento para auto descubrirte y aportarle algo al mundo.  Estos tropiezos que estás dando son espacios para tu transformación y si no los aceptas y te resistes a cambiar, te quedarás en el mismo lugar y tu negocio también. 

Cuéntanos, ¿En qué situación estás con tu negocio y qué estás aprendiendo de ella?

 

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