Muchas veces, cuando queremos independizarnos y emprender, la frase más común es: “Quiero ser mi propio jefe” pero, ¿realmente sabemos lo que eso significa?
Generalmente la idea de convertirnos en “jefe” nace de una aspiración vinculada a la libertad, la comodidad y la riqueza, y es posible que la idea de “por fin voy a hacer lo que yo quiera” nos aleje de lo que realmente implica emprender.
Ser tu propio jefe se parece un poco al deseo de ser adultos cuando somos niños, porque vemos que los adultos hacen lo que quieren y tienen el control de su vida. Sin embargo, los adultos sabemos que no es tan así. Ser líder de un emprendimiento implica tomar decisiones importantes todos los días, todo el tiempo, a corto y largo plazo, lidiar con inconvenientes, trabajar mucho y exigirle a los demás un ritmo de trabajo, todo eso al tiempo que evitas convertirte en el estereotipo de jefe del que quisiste escapar.
No queremos asustarte, no es sencillo ni cómodo, implica un cambio en tus hábitos, en tu forma de vincularte, mucha disciplina, autocontrol y buen manejo de tus tiempos. Cuando diriges tu emprendimiento, eres tú mismo quien abre el camino y eso, al comienzo, genera vértigo.
Si estás pensando en emprender te aconsejamos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
El potencial humano de tu empresa es el cimiento de todo lo demás. Tendrás que descubrir el punto de equilibrio entre empatía y exigencia. Tú decides qué tipo de jefe quieres ser.
En RDM creemos que fortalecer nuestro equipo es pensar en el futuro de nuestra empresa. Es el reto que permite abrir nuestros horizontes.
Sabemos de primera mano que al principio puede sentirse difícil; por eso no hay nada más importante para cumplir tu objetivo que tus propias ganas de emprender. Eso y la confianza en ti mismo te llevarán al éxito.
Y tú, ¿estás preparado para ser tu propio jefe? ¿Tienes ganas de emprender?. Déjanos tus comentarios y cuéntanos tu experiencia,