¿No te salió como esperabas?

Por: RDM Agencia
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Cómo hacer un balance después de un fracaso para salir adelante

Los emprendedores somos muy soñadores. Creamos escenarios ideales, óptimos en nuestras mentes, pero luego nos enfrentamos al mercado y a las circunstancias y nuestros sueños deben adaptarse, a veces de forma radical. En esas situaciones es normal sentir frustración y preguntarnos ¿Por qué a mi no, si mi idea es buena? 

Tus ídolos han fracasado

Una de las principales razones por las que nos sentimos frustrados, es porque nuestras referencias son emprendedores exitosos con más de 10 o 20 años en sus proyectos. Cuando nos comparamos no tomamos en cuenta todo su recorrido y entonces creemos que si al primer intento no obtenemos resultados increíbles, somos un fracaso. 

Es importante que recuerdes que a esos emprendedores que sueles mirar como ídolos, los conocemos por sus logros, lo que no quiere decir que no hayan fracasado muchas veces. Todas las fallas o todas las veces que no lograron sus objetivos, contribuyeron a su actual éxito.

¿Educados para el éxito?

Nos educan para el éxito, nos enseñan y presionan para seguirlo. La imagen que nos venden de una persona exitosa es alguien que no está cansada, no tiene ojeras, es saludable, tiene tiempo de sobra y tiene una vida perfecta. Y mientras vamos avanzando en ese sistema educativo, éste cada vez va pesándonos más y cuando llega el momento de elegir una carrera, nos sentimos presionados y pensamos: Tengo que triunfar y ganar. Lo más extraño es que en esa educación para el éxito, no nos hablan del fracaso.

Empezamos la vida laboral y no estamos preparados para cuando las cosas no salen bien: no me dan el trabajo, no me dan el aumento, no aprueban mi idea. Generalmente no sabemos resolver problemas ni conflictos emocionales a nivel laboral. 

Amigate con la posibilidad de “fracasar”

En la educación para el éxito está muy mal visto que no te salgan las cosas bien, no se considera el error como una oportunidad para aprender y crecer.

Al momento de emprender tienes la presión de lograrlo a la primera y sin cometer errores. Cuando en realidad el problema no es cometer el error sino, no saber qué hacer con eso o cómo resolverlo. 

Como no nos enseñaron a mantener una relación amigable con el fracaso, cualquier error lo vivimos como una tragedia y en medio de la recriminación propia, no vemos lo que se devela en esa situación para nuestro aprendizaje.

Si estás emprendiendo, es importante que comiences a entender los errores como espacios para aprender, registrando lo que pasó. 

Después de equivocarte, pregúntate: ¿Qué me paso? ¿Por qué pasó?

La crítica aporta información

Por mejor y creativa que sea tu idea de negocio, deberá responder a una necesita específica del afuera, para lo cual es importante que evalúes el mercado. 

Al momento de emprender, es fundamental que conserves tu ímpetu, voluntad y que creas en lo que estás haciendo. Ten apertura a las críticas que el mercado o tus clientes te manifiesten sobre tu negocio, sean buenas o malas. Sólo así podrás adaptarte a lo que realmente hará funcionar y crecer tu emprendimiento.

Reconcíliate con el fracaso

Entiende el fracaso de una forma diferente. No es malo salir a fracasar. La reconciliación con el fracaso no es hacer las cosas pensando que no te van a salir bien. Es pensar qué información y oportunidad te trae una mala situación para aprender y crecer. 

Si eres un emprendedor vas a fracasar muchas veces y cada vez que aprendas y experimentes cosas nuevas, eso traerá consigo nuevos fracasos.

Ten una actitud positiva y de apertura al aprendizaje ante el fracaso y podrás lograr que la frustración desaparezca.

Recuerda: Nuevos fracasos, nuevos aprendizajes.

La diferencia entre el fracasado y el exitoso es que uno aprendió, asimiló y aplicó lo que el error le trajo y el otro se quedó recriminándose y atrapado en el “no puedo”. 

Te invitamos a que nos compartas qué has aprendido de tus fracasos y cuáles han sido los más difíciles de superar.

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